FACULTADES ESPIRITUALES (poderes):

FACULTADES ESPIRITUALES (poderes):

Las facultades espirituales son conocidas también como “poderes”. Pueden ser utilizadas para bien o para mal. Lo primero fue realizado en épocas pasadas por escuelas de sabiduría, verdad y luz tales como Los Flámenes, Kobdas y Esenios, grandes fraternidades que acompañaban al Mesías cuando encarnaba.

El mal uso de los poderes o facultades estuvo siempre presente a lo largo de la historia del planeta por medio de la brujería, la hechicería, el psiquismo, la magia negra y otras actividades de atrapamiento, confusión, desviación. Esto se permite por respeto al libre albedrío, pues cada persona es su propio creador.

La base fundamental de las facultades está en la Ley de Mentalismo, porque pensar es crear, poder de manifestar y realizar. Entre las más conocidas facultades mencionaremos a las siguientes: Clarividencia: Ver más allá de lo físico, claroaudiencia; Oír lo inaudible, telepatía: Proyección del pensamiento, telekinesis: Manejo consciente de la energía, traslado de objetos por el poder mental. La intuición es percepción extrasensorial y desdoblamiento etérico el traslado de la conciencia en cuerpo etérico que se separa del cuerpo físico a voluntad. La psicometría es percibir lo referente a un objeto teniéndolo en las manos, sin importar tiempo ni distancia. Proyección de conciencia: Por medio de la concentración, la mente se desplaza a lugares distantes, no hay ningún traslado corporal.

Estas facultades están latentes en todo ser humano, no se desarrollan en realidad, sino que hay un aumento, mayor exteriorización en cada una debido al adelanto evolutivo, los méritos personales, la preparación y el esfuerzo. Por ejemplo: en la clarividencia, la vista va más allá del sentido físico representado por los ojos y en la claroaudiencia, es el oído el que más oye.

Para una buena y positiva canalización, hace falta tener una base correcta de teóricos conocimientos espirituales, suficiente purificación de los vehículos y control de la personalidad, que no se entrometa con sus deseos de vanagloria, lucro, fama y poderío, lo cual tiene siempre desastrosas consecuencias.

Las facultades deben ser entendidas y practicadas como un servicio a la humanidad, para ayudar y no para complacer el orgullo, la importancia personal, la fama, la riqueza ni por curiosidad. Se precisa tener una buena base, ser bien orientados para no caer en la psíquico que tanto perturba ni ser atrapados por la fascinación que despierta lo misterioso y sobrenatural. Bien canalizados los poderes y armoniosamente, ayudarán a la gente, embellecen la vida, proporcionan mayores oportunidades, amplían la mente.

Alertamos sobre el grave peligro de utilizar mal las facultades espirituales y quedar atrapados, sin saberlo ni advertirlo siquiera, en esa situación de terribles consecuencias no sólo en esta vida sino en futuras reencarnaciones.

AE/pch