Espiritismo Venezolano y sus Cortes
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El médium "kardecista" y el médium "umbandista"

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El médium "kardecista" y el médium "umbandista"

Mensaje por Alianza Naiguatá el Lun Ene 02, 2017 10:28 pm

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EL MÉDIUM "KARDECISTA" Y EL MÉDIUM "UMBANDISTA"
 
Pregunta: Conforme a vuestras consideraciones en el capí­tulo anterior [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], creemos que el único desenvolvimiento mediúmnico aconsejado, es el desarrollado en el ambiente espirita, bajo la codificación de Allan Kardec.  ¿No es verdad?
Ramatís: No debéis apresuraros en vuestras consideraciones extremistas, pues es muy fácil distinguir al médium de "mesa" que se desenvuelve bajo la égida de la doctrina espirita y el médium que prefiere desenvolverse por la técnica de la Umbanda. En el primer caso, es espiritismo, y el segundo, es mediumnismo. No nos compete juzgar ésta o aquella predilección medianímica, ni tenemos el derecho a inclinarnos exclusivamente hacia la esfera espirítica, porque los fenómenos y acontecimien­tos que sucedieron desde el comienzo de la humanidad hayan sido mediúmnicos. Lo que más interesa en la efectividad del servicio mediúmnico, tanto en la siembra espirita, en el ambiente umbandista o cualquier otro, es saber si se realiza por el amor al Cristo e inspirado por su divino Evangelio. Apreciamos considerablemente al médium que se integra totalmente a su trabajo espiritual, guiado por los preceptos evangélicos distintos, al mé­dium de "mesa" que se vuelve mercenario y corrompido.
 
En esos casos, la distinción nos parece perfecta respecto a la naturaleza interpretativa de la manifestación mediúmnica, pues mientras el médium de mesa se preocupa específicamente por las ideas de sus comunicantes, en su intercambio acentuadamente mental, el médium de la Umbanda —por ejemplo— toma el máximo de cuidado para reconocer la identidad del espíritu que lo incorpora. En la disciplina de la Umbanda existen códigos, puntos cantados y convencionales, cruces de líneas y tienen el concurso de las falanges que operan a través de la magia prác­tica, caracterizando a cada grupo o individualidad que parti­cipe. Así, conforme sean los puntos, señales, toques o códigos determinados, el médium y los frecuentadores de la Umbanda deducen las intenciones, capacidad, naturaleza y especialidad del servicio que pueden realizar con los comunicantes.
 
Junto a la mesa espirita se nota un cierto individualismo de trabajo en las relaciones con los encarnados por parte de los espiritas, una pre-elección de naturaleza elevada y de contenido responsable respecto al nombre o a la identidad del comunicante, que tanto puede ser un apóstol, como un "Juan nadie". Mientras tanto en la Umbanda, a pesar de no haber consolidado su uni­dad doctrinaria definitiva, ni afirmado su sistema particular de trabajo en todas las latitudes del orbe, por medio de su sincre­tismo afro-católico se transforma en un trampolín favorable para los católicos, protestantes y otros religiosos dogmáticos para fa­miliarizarse con las enseñanzas de la Reencarnación y la disciplina de la Ley del Karma. Las imágenes, los cánticos, el incienso, las velas y las ofrendas de los rituales de la Umbanda, algo pare­cidos a los usos de la Iglesia Católica, atenúan el miedo prejuicioso de los católicos por las manifestaciones mediúmnicas, para ir ganando poco a poco el gusto por el conocimiento de la in­mortalidad del espíritu pregonado por todas las filosofías reencarnacionistas.
 
Los jefes, las falanges y las líneas de la Umbanda, con sus mestizos, negros y salvajes, a pesar de la multiplicidad de cos­tumbres, temperamentos y propósitos diferentes del servicio que realizan junto a la materia, entrelazados por severos compromisos, deberes jerárquicos y obligaciones espirituales, aún no fueron comprendidos por sus propios profesantes. En el inmenso pano­rama de las relaciones entre el plano material y el mundo oculto de los espíritus, fundamentados por el proceso de la magia, en el ámbito umbandista resaltan ciertas combinaciones confusas y tonterías condenables, que van a cuenta del elevado trabajo espiritual. Luchan aún los umbandistas para alcanzar su cons­titución doctrinaria y eliminar las excrecencias ridículas que de­forman su base esotérica.
 
En ese terreno fue más feliz el Espiritismo, pues partió de una unidad concreta y basada en constantes investigaciones, con "test" mediúmnicos que agotaron a Allan Kardec, pero lo ayu­daron exitosamente para extirpar las contradicciones, exotismos y escenas ridículas de la práctica mediúmnica desorientada. La Umbanda es el vaso donde beben todos, pero raros son los que conocen su verdadero contenido.
 
Sirviéndonos de un ejemplo común y corriente, diríamos que la práctica mediúmnica del Espiritismo se asemeja a una agencia de informaciones civiles, donde es mucho más importante el con­tenido de su "fichero" que las personas informantes. La Umban­da es una agencia de informaciones tipo militar, pues buscan primero conocer la "graduación" del informante, pues tal como sucede en el mundo físico, es grande la diferencia y responsabilidad de aquello que dice el "cabo", y lo que informa el "ge­neral".
 
El mejor proceso para desenvolver al médium que prefiere actuar bajo la protección de la doctrina espiritista, es la que in­dicó Allan Kardec en el Libro de los Médiums, mientras tanto, aquel que por simpatía, índole espiritual, temperamento psicoló­gico o servicio comprometido en el Espacio escoge el mediumnismo de la Umbanda, deberá seguir los métodos prescriptos por los "padres de cabeza", someterse a la técnica de los "mestizos desarrolladores" y encuadrarse bajo los preceptos y rituales de las líneas de Ogum, Xangó, Ori de Oriente, Oxosse, Oxalá, Yemanjá o Yori Yorimá.
 
Pregunta: Cuando orientamos nuestras investigaciones y tra­tamos de conocer de cerca el problema espiritualista de la Um­banda y recabamos la opinión de algunos espiritistas al respecto, se definen en dos aspectos y hasta parecería que temen enfren­tarlo. Mientras una parte condena "ex-abrupto" la Umbanda, la otra guarda silencio. Aunque os parezca un pedido fuera del tema, en esta obra os sería posible considerar estos aspectos y decirnos en síntesis: de los dos trabajos mediúmnicos, ¿cuál de ellos es el mejor?
Ramatís: No encontramos razones, misterios aparentes o "ta­búes" en ese asunto, pues si tenéis presente que Dios es Omnipresente en toda su obra, es indiscutible que tanto asiste a sus hijos en el seno de la Iglesia Católica, en el Templo Protestante o en la Sinagoga Judía, como también os alienta en las experimentaciones del Espiritismo e igualmente corresponde a los es­fuerzos ascendentes de todos aquellos que prefieren la siembra Umbandista.
 
De la misma forma que son condenables las arremetidas agre­sivas del Clero contra la doctrina Espirita, también debe censu­rarse a los malos espíritus que juzgan intencionadamente el tra­bajo de los umbandistas. No aconsejamos la mezcla de ambos, es decir, Espiritismo y Umbandismo, pues todo sincretismo reli­gioso o doctrinario sacrifica la cualidad iniciática de cada uno en particular, y sería poco provechoso e inferior. Mientras tanto, el respeto espiritual de índole crítica, exige que los espiritas vean agradablemente el esfuerzo que realiza la Umbanda en favor del Bien a través de las prácticas mediúmnicas, como los umban­distas deben respetar el trabajo de desarrollo de la "mesa" kardecista.
 
En verdad, el denominador común que aproxima a ambas doctrinas es alcanzar la misma verdad, el servicio caritativo hacia el prójimo y el movimiento activo que realizan actualmente para que el hombre de hoy asuma conscientemente su responsabilidad kármica, generada en existencias anteriores. No hablamos del servicio mediúmnico mercenario, la magia degradante, la supers­tición que encadena el progreso mental, las prácticas primitivas que degradan al espíritu, ni los negocios censurables que se rea­lizan fuera de la ley, donde astutos médiums comercializan con el dolor ajeno. Tampoco mencionamos al médium espirita, que desmiente en la vida profana los preceptos morales que intenta imponer a los asiduos frecuentadores del centro espirita donde actúa.
 
Debido al grado espiritual inferior, propio de los habitantes de la Tierra, en cualquier lugar donde viva el hombre, allí surge la hierba dañina, y si puede, interfiere las santificadas realizacio­nes de lo Alto. Las elevadas entidades espirituales que se mani­fiestan por los médiums criteriosos dicen: "los hombres pasan y las instituciones quedan", a medida que el material humano in­ferior sea substituido por otro mejor, también los trabajos mediúmnicos se higienizarán y aumentaran los provechos espirituales.
 
Considerando directamente vuestra pregunta sobre el trabajo mediúmnico kardecista de la "mesa” si es superior al de los umbandistas, debemos deciros que lo más importante, en ambos ca­sos, es la cualidad espiritual de aquellos que trabajan en este o aquel sector del intercambio con los desencarnados. Tened pre­sente esta sencilla comparación: suponed que cierto hombre tiene el pie infectado por una herida maligna, la cual atrae a las mos­cas, atormentándolo constantemente; algunos le aconsejan que se cubra el pie con una media de algodón, para evitar la influencia de los insectos.
 
Desgraciadamente el enfermo comprueba que las moscas con­tinúan posándose molestamente en el pie herido, lo cual le induce a aceptar otra sugestión amiga para que use una media, pero de seda. Esa providencia también fracasa. Pero, por feliz coinciden­cia, consigue curar la herida con el uso determinado de cierta hierba medicinal, alegrándose por su cura radical. En realidad las moscas molestaban a causa de su herida, importando poco que usara medias de una u otra calidad.
 
De la misma forma, creemos que lo más importante para vos­otros no es probar si el trabajo mediúmnico kardecista es superior al del umbandista, pues en ambos casos, el primero significa la media de seda y el segundo la de algodón. Cuando desaparezcan de vuestras almas las "heridas mortales", que atraen a las moscas del astral inferior, sin lugar a dudas que podréis prescindir de am­bos trabajos, porque estaréis curados espiritualmente, tal como su­cedió con el ejemplo citado.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.
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